Eliminación de barreras arquitectonicas, fisicas y sensoriales en Pio XII
2012 - 2013
Ubicación
PIO XII 39, Pamplona
Cliente
Comunidad de Propietarios PIO XII 39
Coautor
Begoña García Gordo, Juan Carlos Linares Fernández, Silvia Saldaña Vela, Yoana Urralburu Soto
Autor fotografía / infografía
Pedro Pegenaute
Superficie construida
33,80 m2
Presupuesto
168.469,59 €

La actuación se dirige a la eliminación de barreras físicas y sensoriales en el acceso al inmueble residencial de Pío XII 39, Pamplona, por lo que consiste en la supresión de la diferencia de cota existente entre la calle y el portal así como en la modificación de las condiciones del hueco y las cabinas de ascensores para su adaptación a la Normativa vigente.

Dicha intervención puramente funcional se aprovecha para dotar al espacio interior del portal de la claridad necesaria para evidenciar sus armónicas proporciones y realzar su escala.

El volumen interior, un paralelepípedo de base rectangular de 340cm x 880cm y altura de 375cm, se limpia  de todas aquellas actuaciones que perturban su geometría original.

Y, a fin de lograr un espacio lo más diáfano posible, se desplaza la puerta de entrada de la calle hacia uno de los lados, creando un espacio de escala menor desde el que se accede lateralmente al espacio principal del vestíbulo de ascensores, caracterizado por unas grandes y proporcionadas dimensiones, acordes con la representatividad de su uso.

El juego de estas dos escalas resulta definitorio en una actuación que, constructivamente, no hace sino apoyar la lectura espacial.

En el paralelepípedo principal, las paredes largas, así como el suelo y el techo, se forran de mármol blanco, un mismo material tratado con diferentes texturas. En cambio, las paredes frontales, se cierran con vidrio en la fachada y con chapa de acero inoxidable en el frente de los ascensores.

En el paralelepípedo menor, las paredes se forran de madera de iroko, prolongándose en forma de zócalo en el interior del portal.

Es así como el forro contínuo del tubo formado por los lados largos, el suelo y el techo, solamente se interrumpe para integrar los únicos elementos funcionales existentes en el portal, la puerta de acceso a la escalera y los buzones.

Este panelado construye, en su encuentro con las paredes y el techo de mármol, una fosa lineal en la que se coloca iluminación indirecta. Tanto por su escala, más reducida y amable, como por su alto valor decorativo, que contrasta en color y textura con el resto de materiales utilizados en el nuevo portal, adquiere un papel protagonista en la decoración del conjunto.

El cierre acristalado de la fachada, unido a la utilización de colores claros y texturas pulidas, confiere al espacio una gran luminosidad que contribuye a realzar, una vez más, la volumetría interior del espacio.

El tratamiento exterior de este hueco se realiza mediante un forro de chapa que sigue líneas inclinadas y formaliza un abocinamiento que anuncia el acceso al portal. Este forro de chapa tiene además otra función: en el lado derecho la de ocultar los elementos de instalaciones existentes, como la toma exterior de la columna seca o el portero automático, y en el dintel la de cerrar el falso techo interior.

Como elemento identificativo, sobre la puerta de entrada, aparece un rectángulo del mismo mármol del interior, que no es sino la continuación exterior de la banda interior de piedra situada sobre los buzones y la zona de acceso. Colocado a modo de banderola, contiene esculpidos los números correspondientes a la ubicación en la calle e incorpora en su base un punto de luz que ilumina los pulsadores.